El madrileño Barrio de Salamanca comienza el otoño con un estreno. Los amantes de la cocina tradicional y los buenos vinos están de enhorabuena esta temporada, ya que una nueva taberna abre su ‘puerta chica’ en Ortega y Gasset 52.
La maestría de Juan Carlos Ramos ya se respira en los fogones de Taberna Puerta Chica, con su habitual filosofía, dirigiendo una cocina de mercado, demostrada en lugares como la Gastroteca de Santiago o Taberneros. Aquí, también hay una apuesta por un recetario tradicional de sugerencias coherentes y meditadas, perfectas para armonizar con una carta de vinos diferente. La mejor materia prima reposa en su despensa, para ser transformada, en las manos de Antonio Marasco - jefe de cocina - y Jorge Cervera, en exquisitas creaciones que, sin olvidar la tradición, se adaptan perfectamente a las exigencias de la culinaria actual.
Elaboradas tapas como Sardinas en escabeche veneciano sobre tosta de pan de cristal, Rigatoni con salmón marinado en salsa de puerros o Brandada de Bacalao, conviven en la carta con clásicos como la Ensaladilla rusa, el Salmorejo cordobés y los Callos a la madrileña. El queso manchego y el jamón ibérico tampoco podían faltar en este homenaje al paladar, y es que Taberna Puerta Chica cree que, en el sabor de siempre, reside el buen gusto. Todo se puede disfrutar por un precio más que asequible, que oscila entre los 5 € y los 14 €.
Una selección de los mejores vinos de pequeñas producciones que busca la tipicidad de cada zona, variedades autóctonas y terroir, acompaña estas propuestas gastronómicas. Para los que guardan en casa su referencia favorita, Pedro Caracena, sumiller del establecimiento, estará encantado de descorchar y servir la botella que lleve el propio comensal, un servicio que tan sólo tiene un precio de 6 €.
Como bienvenida a todo el que quiera descubrir su esencia, durante los meses de octubre y noviembre, estará disponible un menú compuesto por cinco platos, escogidos de entre los más populares de la carta, tres vinos y postre, a precio muy especial (25 €). La otra opción es el menú, que cambia a diario, y para los más castizos, los jueves se servirá el auténtico cocido madrileño.
La maestría de Juan Carlos Ramos ya se respira en los fogones de Taberna Puerta Chica, con su habitual filosofía, dirigiendo una cocina de mercado, demostrada en lugares como la Gastroteca de Santiago o Taberneros. Aquí, también hay una apuesta por un recetario tradicional de sugerencias coherentes y meditadas, perfectas para armonizar con una carta de vinos diferente. La mejor materia prima reposa en su despensa, para ser transformada, en las manos de Antonio Marasco - jefe de cocina - y Jorge Cervera, en exquisitas creaciones que, sin olvidar la tradición, se adaptan perfectamente a las exigencias de la culinaria actual.
Elaboradas tapas como Sardinas en escabeche veneciano sobre tosta de pan de cristal, Rigatoni con salmón marinado en salsa de puerros o Brandada de Bacalao, conviven en la carta con clásicos como la Ensaladilla rusa, el Salmorejo cordobés y los Callos a la madrileña. El queso manchego y el jamón ibérico tampoco podían faltar en este homenaje al paladar, y es que Taberna Puerta Chica cree que, en el sabor de siempre, reside el buen gusto. Todo se puede disfrutar por un precio más que asequible, que oscila entre los 5 € y los 14 €.
Una selección de los mejores vinos de pequeñas producciones que busca la tipicidad de cada zona, variedades autóctonas y terroir, acompaña estas propuestas gastronómicas. Para los que guardan en casa su referencia favorita, Pedro Caracena, sumiller del establecimiento, estará encantado de descorchar y servir la botella que lleve el propio comensal, un servicio que tan sólo tiene un precio de 6 €.
Como bienvenida a todo el que quiera descubrir su esencia, durante los meses de octubre y noviembre, estará disponible un menú compuesto por cinco platos, escogidos de entre los más populares de la carta, tres vinos y postre, a precio muy especial (25 €). La otra opción es el menú, que cambia a diario, y para los más castizos, los jueves se servirá el auténtico cocido madrileño.
La decoración es sencilla, llena de color y muy acogedora. Además, cuenta con una terraza accesible durante todo el año. En definitiva, Taberna Puerta Chica invita a disfrutar del buen comer en un ambiente relajado y tradicional, para salir por ‘la puerta grande’.
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